Bueno, llego el momento de hablar de lo más esperado de todo el proyecto, al menos por mí misma. Resultados y sensaciones de las fotos en el agua.
Las conclusiones se hicieron esperar más de lo que me gustaría, pero uno aprende en el proceso y aquí he preparado mi lista de aprendizajes.
1- Chequear SIEMPRE si entra agua.
Aunque parezca muy obvio y a pesar de que trabajo todos los días con cámaras y carcasas acuáticas, sí, me pasó! Primer día, primer rollo, mucha agua salada. Para los motivados como yo que se preguntan que onda esa experimentación solo puedo decir no lo hagan! Mirar siempre que cierra bien, fijarse en las juntas tóricas y hacer doble check en casa.
2- Leer las instrucciones
Por lo general, todas las cámaras funcionan más o menos igual, así que peque de sobrada. Creo que en estos primeros dos puntos también me deje llevar por la emoción de los primeros shootings y no estaba centrada como cuando hago un trabajo profesional (las emociones bien pero no sean tan intensos como yo, o bueno a veces sí, jijiji)
Si nunca nadie uso la simple use aquí un pequeño detalle, viene cargada y el rollo empieza de atrás para delante, por lo que cuando termina NO hay que rebobinar. Sí lo hice, sí tuve que doble exponer todo del rollo, sí salió bastante bien pero siempre mejor evitarlo.
3- Elección de la película, hora del día, posición del sol y sensibilidad de la película.
Este es un básico para todas pero recordar la importancia de elegir la película adecuada siempre, sobretodo sabiendo la cantidad de luz disponible, según la hora del día y teniendo en cuenta que el agua refleja bastante. Si colocan una película y luego se arrepienten (también aquí) recordar que al rebobinarla al reves tal vez tengan que googlear como recuperar la lengueta.
4- No adelantarse a los momentos
A diferencia de la digital, recuerda que tienes una foto por ola, como mucho dos, así que hay que elegir el momento perfecto. Eso lleva mucho tiempo de observación y disparar con consciencia.
(Viene entrada de blog especial del tema)