Síndrome del Impostor & Cía

Síndrome del Impostor & Cía

Síndrome del Impostor & Cía

Hay algo en el proceso de los proyectos, que al menos a mi siempre me pasa,  que quiero compartir.


En lo personal me considero una persona muy motivada, curiosa e inquieta que siempre busco cosas nuevas para desarrollar. Me es fácil empezar, arrancar y proponer. A medida que va pasando el tiempo, la realidad (por llamar los obstáculos de alguna forma) se va interponiendo, surgen imprevistos, cambios que no estamos dispuestos a aceptar, cuestiones que nos exceden y sobretodo el clásico síndrome del impostor que siempre hace su aparición estelar.


Cuando aparece la idea, viene con un montón de energía, motivación y seguridad. Pero siempre hay un momento de quiebre. Puede ser cualquier tontería, un no, un comentario, un mal día, literalmente cualquier mínima cosa y todo aquello que veías con claridad, se empieza a difuminar y las voces internas empiezan a decirte que no eres suficiente. Empieza la caída en picada, y lo que tenía muchísimo sentido, se vuelve ridículo. Este es el momento de la grieta, entre los proyectos realizados y los que quedan sólo en nuestra imaginación. Aquí es donde viene el trabajo interno, donde hay que plantarse y no permitir que se interpongan todos los límites aprendidos que llevamos como propios, todos los miedos adquiridos del sistema, ni prestar atención a los inputs diarios de rrss que disparan la comparación y la necesidad constante de estar creando.


Escribo sobre esto a modo de descarga personal. Me paso muchas veces, demasiadas, siempre pensando que era algo mío, que era la única y como también he mal-aprendido a ocultar mi vulnerabilidad, también metí debajo de la alfombra estas inseguridades y desilusiones. El concepto de lo que significa el éxito o el fracaso, el miedo a equivocarse, todas esas palabras que hablan de lo que debería ser, aunque me piense muy deconstruida, están ahí. Pero hoy he decidido compartirlo, cambiar la dinámica, primero para vencerlo y releer esto cada vez que los monstruos aparezcan, pero sobretodo porque el último tiempo he compartido con muchas personas, muy diferentes, de ámbitos distintos, experiencias, edades, estudios, deseos, que pasan exactamente por lo mismo. Descubrí que no es algo mío, que es algo que sufrimos todos, aunque parezca que no.


El hecho de que somos muchísimas personas con las mismas inquietudes es un punto es tranquilizador. Saber que también podemos dejar la armadura, comunicar los miedos, aprender de otros, y levantar la mano siempre que haga falta, es el primer paso para vencer el autoboicot. Volvernos más humanos en cierto punto y no perder el norte (ni dejar de perseguir los sueños) por las inseguridades. 


Este 2023 prepare mi proyecto desde otro lugar, sabiendo que esa sensación iba a llegar. Junte todas mis herramientas, prepare mis rituales y lo mas importante, aprendí a descansar cuando lo necesito en mi red, porque lo compartido se hace menos pesado. 


Así que aquí estoy! Atravesando la tormenta del impostor, pero esta vez segura de que mañana saldrá el sol.

contenidos © Romy Sodacreado en Bluekea